Encontrando a mi amigo el olfato

Reflexiones en breve de como resistió mi olfato a la catástrofe.

La idea me aterraba, el solo pensar que podía perderlo ante la proximidad de ver a todos caer, simplemente estaba fuera de todos mis planes. Con el tiempo llegué a pensar que era inmune al virus, hasta que un día, sucumbí.

Cómo ya habían pasado algunos años del inicio de la pandemia,  muchos no presentaban pérdida de olfato, albergaba la ilusión de que el mio resistiría, más no fue así.

Al segundo día, el terrible golpe llegó. Al despertar, la sensación fue extraña porque no percibía el olor del aire a mi alrededor.

Quienes me conocen saben que gozo de un olfato agraciado, además del olfato de perro paseado, ese instinto que está sobre mi, como nube en día de lluvia.

Nada olía, era un corte, una desaparición. Corrí a preparar el café y nada, no había NADA. Entré en pánico, comencé a llorar. Porque déjenme decirles que, esto no es una pérdida como la que sientes cuando te da gripa; esto literal, es sentir que te han arrancado un pedazo de tu vida, que cuelgas de un hilo y no sabes si va a regresar a ti.

Entre en mi cuarto, me encerré, me senté en mi cojín de meditación y enfrenté esta situación como mejor podía, de cara a cara hablando con el virus y cuestionándole, que quería de mi y el porque estaba allí.

Abrí un diario especial, en donde comencé a escribir razones, sin razones, pensamientos, sentimientos y me senté a meditar varias veces al día.

Recordé un estudio realizado hace algunos años, y les dejo la referencia al final de este artículo, en el cual describen sobre el entrenamiento con 4 esencias: rosa, limón, clavo y eucalipto. Lo releí y decidí hacer 4 inhaladores, pero realmente el aroma a través de un inhalador era perceptiblemente nulo.

No olía nada, pero como estaba decidida a enfrentar esto de una manera digna para mi, me dediqué a recabar información acerca de lo que podía hacer,

Aprendí que la mejor manera para empezar a re entrenar mi olfato era usar  frascos mas grandes, colocar adentro un pedazo cortado de papel de acuarela y agregar en cada uno, de 8 a 10 gotas de los aceites esenciales (dejo igualmente abajo la referencia).

A partir de allí era oler tres veces al día (así lo hice), cada frasco por 20 segundos aproximadamente y otros veinte de descanso entra cada uno, concentrándome en el aroma y visualizando la planta de donde provenían. Describiendo lo que olía y que tan fuerte lo percibía.

Atención, concentración, reflexión.

Después de cada olfacción realizaba una meditación sentada, prestando atención a mi momento presente, a lo que estaba viviendo y muy enfocada en mi respiración.

Dos días completos, oliendo, meditando y escribiendo en mi diario, y nada venía.

Hasta que al tercer día en la mañana, durante la primera práctica de meditación del día, percibí un punto, así tal cual, en un fondo negro, allí estaba presente el olor a limón.

Terminando la práctica, fui a mis frascos y se abrió el mundo, porque ese punto era lo que provenía del frasco de aceite esencial de limón, lejano en ese fondo, así lo visualizaba. Volví a sentarme a meditar.

Inhalando y exhalando en ese punto, al cual me aferré y no solté. Y fui reconectando poco a poco cada uno de los aromas, y comenzaron a surgir en una cascada, fluyendo uno tras otro.

Me di cuenta que fue un camino el del COVID, que llevaría con calma, serenidad, reconociendo, aceptando y practicando continuamente;  fueron clave para recuperar al 100% mi olfato y sobre todo no perderlos por completo durante largo tiempo,

Esta fue mi experiencia y quería compartirla con uds. porque  hacer estas dos prácticas, tanto la olfativa como la de mindfulness, me permitieron conectarme de manera consciente con mi presente, abrió las puertas a mi recuperación,

Sin negarla, ni  ignorarla, ni  dejar pasar el tiempo. Se requiere de un gran compormiso y autodisciplina y vemos los resultados.

Quien necesite de ayuda pueden escribirme a [email protected] y con gusto les daré más detalles, de como no sucumbir ante esta pérdida.

 

Referencias de interés

  • Effects of olfactory training in patients with olfactory loss

Hummel, T., Rissom, K., Reden, J., Hähner, A., Weidenbecher, M. and Hüttenbrink, K.-B. (2009), Effects of olfactory training in patients with olfactory loss. The Laryngoscope, 119: 496-499. https://doi.org/10.1002/lary.20101

  • https://abscent.org

 

 

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