Historias del detective aromático Santiago Floramar, de la famosa ciudad de Boronia, lugar en donde se estableció el Banco de aromas más grande de Olfaterra.

Había una vez en la ciudad de Boronia un criminal que siempre dejaba un rastro de aroma a limón. Los habitantes de la ciudad estaban aterrorizados por los robos que había cometido y la policía no había sido capaz de capturarlo.

Un día, el detective Santiago recibió un informe de que el ladrón había estado en un banco de aromas en el centro de la ciudad. Allí había comprado una gran cantidad de aceite esencial de lemongrass.

Santiago no era un detective ordinario. Había pasado muchos años estudiando los efectos de los aromas en el comportamiento humano y sabía que el aroma de limón podía afectar el estado de ánimo y reducir la ansiedad.

Santiago decidió seguir al ladrón a través de la ciudad y su nariz lo guió hasta un edificio abandonado en las afueras de la ciudad. Allí encontró una pequeña habitación donde el ladrón había estado escondido.

Dentro de la habitación, Santiago descubrió, no solo al ladrón, sino además una serie de botellas de aceite esencial de lemongrass y otros aromas. También encontró varias notas que indicaban que el ladrón estaba experimentando con diferentes combinaciones de aromas para reducir su ansiedad durante los robos.

Santiago se dio cuenta de que el ladrón no era solo un criminal, sino también un entusiasta de los aceites esenciales. Comenzó a hablar con él y descubrió que el hombre había estado sufriendo de ansiedad severa debido a una situación difícil en su vida personal. La aromaterapia lo había ayudado a mantener la calma durante los robos y, aunque sabía que estaba haciendo algo mal, no podía evitarlo.

Santiago decidió darle al ladrón una oportunidad de redimirse. Le ofreció un trabajo en el banco de aromas de la ciudad, donde podría usar su experiencia en el archivo aromático y de esta manera ayudar a otros a encontrar la calma y la paz interior.

El ladrón aceptó la oferta de Santiago y comenzó a trabajar en el banco de aromas. A medida que compartía sus conocimientos y ayudaba a otros, comenzó a sentirse mejor consigo mismo y a superar su ansiedad.

Con el tiempo, el banco de aromas se convirtió en un lugar popular en la ciudad de Boronia. La gente venía de todas partes para experimentar los diferentes aromas y encontrar la paz interior. Y el ladrón experto en aceites esenciales,  se convirtió en un héroe en la ciudad, demostrando que incluso los criminales pueden cambiar y encontrar su camino hacia una vida mejor.